La «Cydalina perspectalis» conocida vulgarmente como oruga del boj, devora nuestros «buxus».
Se trata de una especie invasora originaria de Asia que llegó a Alemania hace ya 6 años y rápidamente se extendió por el resto de Europa causando grandes daños, sobre todo en la cornisa cantábrica.
Tiene varias generaciones al año y solo un enemigo natural, la avispa asiática. En invierno se protege entre las hojas y con el buen tiempo eclosiona y comienza a alimentarse de la planta, primero de las hojas, y si la plaga persiste, también atacará la corteza de tallos y ramas hasta acabar secando la planta. Después forman un capullo sedoso y se convierten en polillas que se desplazan volando y hacen nuevas puestas. El ciclo se puede repetir tres o cuatro veces hasta que llegue de nuevo el frío.
Los primeros efectos los detectaremos en los brotes tiernos, las hojas tomarán un color amarillento y en muchos casos solo quedarán finos hilos.
Para su control aplicaremos Bacillus Thurigensis (Xentari), tratamiento ecológico, o un insecticida convencional como Sumifive. Preferentemente haremos el tratamiento al atardecer. También podemos usar preventivamente y como monitoreo feromonas instaladas en trampas delta o polilleros.