En el corazón de Cantabria se despliega un paisaje natural único, donde la diversidad de su flora brinda un espectáculo cautivador. Hoy te traemos un texto hablando sobre la conservación de la biodiversidad en Cantabria, un tesoro ecológico que enfrenta desafíos cada vez más apremiantes en su conservación. La biodiversidad es vital para Cantabria y el mundo por varias razones importantes. En primer lugar, sustenta los ecosistemas locales, como los bosques y ríos, que a su vez proporcionan aire limpio, agua fresca y alimentos. Además, la diversidad de especies aumenta la resiliencia de los ecosistemas frente a desafíos como el cambio climático y la pérdida de hábitat.
¿Cuáles son las especies más amenazadas en Cantabria?
Según la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación de Cantabria en su Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Cantabria, las especies de flora incluidas en el Catálogo con mayor grado de amenaza, son las propias de ecosistemas frágiles y de distribución restringida como son los sistemas dunares, las zonas húmedas, tanto continentales como marítimas, y los roquedos. A continuación, encontrarás las especies en peligro de extinción en Cantabria.
- Estrella de los Pirineos: Planta de alta montaña, amenazada por la recolección ilegal y el cambio climático.
- Junquillo salado: Planta endémica de la costa cantábrica, amenazada por la urbanización y la subida del nivel del mar.
- Algodonosa: Especie endémica de la Cordillera Cantábrica, en peligro por la degradación de su hábitat.
- Helecho de colchoneros: Especie rupícola en peligro por la destrucción de su hábitat.
Cómo crear un jardín amigable con la fauna local en Cantabria
Para la conservación de la biodiversidad en Cantabria, es fundamental que la gente se conconciencia de la importancia de la naturaleza y los ecosistemas. A un nivel más casero, podemos cuidar la biodiversidad incluyendo varios puntos en nuestro jardín:
Planta especies autóctonas:
- Elige plantas autóctonas de Cantabria, ya que son las que mejor se adaptan al clima y a las condiciones del suelo de la región.
- Las plantas autóctonas proporcionan alimento y refugio para la fauna local, como aves, abejas, mariposas y reptiles.
- Algunas plantas autóctonas para tu jardín son: acebo, arce, avellano, haya, roble, agapanthus, brezo, campanilla, dalias, hortensias, hierbabuena, lavanda, menta, romero y salvia.
Controla el agua:
- Proporciona una fuente de agua limpia y fresca para la fauna local, como un bebedero para pájaros o una pequeña charca.
- Las abejas y otros polinizadores necesitan agua para beber.
Que tu jardín sirva como refugio:
- Crea refugios para la fauna local, como un montón de piedras, un tronco hueco o una caja nido para pájaros.
- Los refugios protegen a la fauna local de los depredadores y del clima adverso.
Evita pesticidas y herbicidas:
- Los pesticidas y herbicidas pueden ser perjudiciales para la fauna local.
- Usa métodos de control de plagas naturales, como trampas adhesivas o insecticidas ecológicos.
Reduce el uso de césped:
- El césped requiere mucha agua y mantenimiento, y no es un buen hábitat para la fauna local.
- Puedes reemplazar el césped con plantas autóctonas que requieren menos agua y mantenimiento.
Deja que algunas áreas del jardín crezcan naturalmente:
- Permite que algunas áreas del jardín crezcan salvajes, sin cortar la hierba ni eliminar las plantas «malas hierbas».
- Esto crea un hábitat natural para la fauna local.
Compostaje:
- Crea una pila de compost para reciclar los residuos orgánicos de tu jardín.
- El compostaje proporciona nutrientes para las plantas y atrae a la fauna local, como lombrices de tierra y escarabajos.
Iluminación:
- Reduce la iluminación nocturna en tu jardín, ya que puede molestar a la fauna local.
- Usa luces tenues de bajo consumo energético si necesitas iluminación nocturna.
