Cada año durante los meses de septiembre y octubre, algunos de nuestros pinos, cedros y abetos se llenan de numerosas bolsas de seda que más adelante se convertirán en bolsones más densos repletos de un lepidóptero denominado comúnmente procesionaria. Si nos las controlamos a tiempo, al final del invierno, entre los meses de febrero y abril, descenderán al suelo formando una fila india, de ahí su nombre, hasta el momento de enterrarse para pasar a la fase de pupa o crisálida.
La procesionaria desarrolla unos pelos urticantes que por contacto, incluso por vía aérea, pueden provocar reacciones en la piel y problemas oculares o bronquiales tanto en personas como animales. Por eso es importante su control.
Uno de los métodos más eficaces es la inyección al tronco a partir del 15 de septiembre hasta el 15 de diciembre, con Ynject Go mini, fácil de usar y sin efectos secundarios.
A continuación os mostramos un enlace en el que se explica con detalle cómo llevar a cabo la aplicación.