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Un año más la «Cydalina perspectalis» conocida vulgarmente como oruga del boj, devora nuestros «buxus».

Se trata de una especie invasora originaria de Asia que llegó a Alemania en 2014 y rápidamente se extendió por el resto de Europa causando grandes daños, sobre todo en la cornisa cantábrica.

Tiene varias generaciones al año y solo un enemigo natural, la avispa asiática. En invierno se protege entre las hojas y con el buen tiempo eclosiona y comienza a alimentarse de la planta, primero de las hojas, y si la plaga persiste, también atacará la corteza de tallos y ramas hasta acabar secando la planta. Después forman un capullo sedoso y se convierten en polillas que se desplazan volando y hacen nuevas puestas. El ciclo se puede repetir tres o cuatro veces hasta que llegue de nuevo el frío.

Los primeros efectos los detectaremos en los brotes tiernos,, las hojas tomarán un color amarillento y en muchos casos solo quedarán finos hilos.

Para su control aplicaremos Bacillus Thurigensis, tratamiento ecológico, o un insecticida a base de metil clorpirifos o cipermetrina entre otros. Preferentemente haremos el tratamiento al aterdecer. Tambien podemos usar preventivamente y como monitoreo feromonas instaladas en trampas delta o polilleros.